Balandro yo

Balandro yo
EL BALANDRITO, J. SOROLLA
"Regálate como poidas, leutor, e non che digo máis".
A. R. Castelao, Un ollo de vidro.



"-Yo sé quién soy -respondió don Quijote (...)"
Miguel de Cervantes







martes, 15 de enero de 2019

LITERATURA ESPAÑOLA. UNA AMISTAD LITERARIA Y HUMANA: LA GENERACIÓN DEL 27

Máscaras con mariposas, de Maruja Mallo,
pintora surrealista de la generación del 27

I. PRIMERO SON LAS PRESENTACIONES...

A la denominada por J. C. Mainer, "Edad de Plata" de nuestra literatura (1902-1931) pertenecían los siguientes autores:

Pedro Salinas:
(madrileño)

Jorge Guillén:
(vallisoletano)

Gerardo Diego:
(santanderino)

Dámaso Alonso:
(madrileño)

Federico García Lorca:
(granadino)

Rafael Alberti
(gaditano)

Vicente Aleixandre:
(sevillano)

Luis Cernuda:
(sevillano)

Emilio Prados:
(malagueño)

Manuel Altolaguirre:
(Malagueño)


"Se llamaban a sí mismos la joven literatura y formaban un grupo definido en el frente de cuantos luchaban por el arte nuevo. La común preocupación estética y el intenso intercambio de experiencias y estudios fue trabando entre ellos una amistad, literaria y humana, que resistió el tiempo. Sentían a los clásicos como contemporáneos e hicieron de la tradición vanguardia. Formaban, en realidad, un grupo dentro de una generación más amplia, pero los diez poetas que lo integraban han quedado consagrados como la Generación del 27". 
Antología comentada de la generación del 27, Madrid, Austral, 2007. 


II. AHORA NOS SITUAMOS EN EL CONTEXTO HISTÓRICO...

Es muy posible que vosotros sepáis muchísimo más que yo del período histórico que abarca la vida de este grupo de amigos, por eso solo quiero presentar la siguiente sucesión de puntos orientadores, todos ellos extraídos de la antología poética de Gaspar Garrote Bernal, Trayectorias poéticas del veintisiete Madrid, Editorial Magisterio, 1994:
  • El año en que la historia europea cambia su curso tras la Revolución de Octubre (1917), la lírica española experimenta un giro definitivo para dar comienzo a su Edad Contemporánea, que se abre con la publicación ese mismo año de Diario de un poeta recién casado, de Juan Ramón Jiménez.
  • En España, el sistema de la II Restauración borbónica (1875-1931) está desmoronándose: el bipartidismo conservador-liberal no asegura ya la estabilidad político-social ni el exterior, con la pérdida de las últimas colonias (1898) y la guerra de Marruecos (1921-1926), ni en el interior, donde la bipolarización social se radicaliza y conduce a la Semana Trágica de Barcelona (1909)
  • El ascenso del movimiento obrero organizado (se fundan en 1911 y en 1920 respectivamente la CNT y el PCE) dará lugar a la huelga general revolucionaria de 1917.
  • En 1923 el general Primo de Rivera toma el poder e instaura un sistema autoritario que, apoyado por sectores como la Monarquía, el Ejército y ciertas facciones de UGT, termina sintonizando con otros regímenes europeos de corte corporativista, como el fascismo italiano.
  • En Europa, el fin de la I Guerra Mundial (1914-18) depara fenómenos de signo muy opuesto: la belle epoque (1919-29) de las democracias situadas a la defensiva (Francia, Reino Unido) contrasta tanto con la instauración de un cuerpo históricamente extraño, el Estado obrero socialista de la Unión Soviética, como con la política ofensiva y beligerante de las dictaduras apoyadas en otro sector del movimiento obrero y en la pequeña burguesía nacionalista: el fascismo italiano (1924-43) y el nacional-socialismo alemán (1933-45). 
  • La crisis económica del 29 supone el definitivo declive de una Europa que no volvería a regir los destinos del mundo. Se imponen las soluciones extremistas, que, definidas por Ortega como La rebelión de las masas (1926-30), propiciarán el expansionismo soviético y alemán por la Europa central y nórdica, y el italiano por África. 
  • Tal radicalidad alcanza también a España: la II República (1931-39), que había sumado al país a las democracias liberales, pronto queda desbordada por el extremismo fascista y militarista (golpe de Estado fallido de Sanjurjo en 1932; fundación de Falange en 1933) y por el izquierdista (Revolución de Asturias, 1934). 
  • Tal conflictividad desembocará en la guerra civil española (1936-39), preludio de la II Guerra Mundial (1939-45) que, por ejemplo, enfrentará a colaboracionistas y resistentes en Francia; a partisanos y fascistas en Italia, Yugoslavia, Rumanía y Grecia; y a comunistas y pro-nazis en las Repúblicas bálticas y Ucrania. 
  • La secuela de muerte, exilio y rencor que deja la II Guerra Mundial inaugura una nueva era en las relaciones internacionales. Esa era se caracteriza por la amenaza atómica (1945), la división en bloques político-militares encabezados por EEUU (1949) y la Unión Soviética (1955-91), y la guerra fría (1945-90). 
  • En España se mantiene, como organización estatal, otro cuerpo extraño tras la derrota militar del fascismo europeo: el régimen de Franco (1939-1975), cuyo término, precipitado por el final biológico del dictador, propicia la III Restauración. 

Y EN EL ÁMBITO LITERARIO... ¿QUÉ PASÓ?

  • Entre 1917 y 1945 surgieron actitudes sociales y culturales regidas por el anonadamiento, el caos, la excentricidad y la sorpresa. Si la era industrial había irrumpido definitivamente en la cultura y trasladado a esta su componente de prisas y mecanicismo, la era autoritaria fascinó a poetas de uno y otro signo político. 
  • Este ambiente provocó una primera consecuencia poética en España: la sustitución de los códigos realista-regionalista (Campoamor) y modernista-posmodernista (Rubén Darío, Rueda, Villaespesa, Manuel Machado, Antonio Machado, Unamuno) por otro que imitaba los movimientos vanguardistas europeos
  • Decisivas son dos fechas en este proceso: 1905, año en que Rubén Darío cierra, con Cantos de vida y esperanza, la estética modernista exuberante; y 1909, en que Ramón Gómez de la Serna traduce y publica en la revista Prometeo el manifiesto futurista de Marinetti, con lo que se inician teóricamente las vanguardias españolas.
  • En una primera fase de la poesía contemporánea (1917-1939), se produce la dialéctica entre corrientes deshumanizadoras y humanizadoras, dos conceptos que arrancan de José Ortega y Gasset en La deshumanización del arte (1925): "El placer estético para el artista nuevo emana de ese triunfo sobre lo humano". La materialización en España de esta dialéctica se manifestará entre:
    • Corrientes vanguardistas y poesía pura (nueva estética contemporánea creada por Juan Ramón Jiménez, al publicar Diario de un poeta recién casado (1917)
    • Corrientes neopopularista, clasicista, neorromántico-becquieriana, surrealista y civil. Entre 1929 y 1936, aquellos jóvenes poetas de los años 20 maduran y deciden acercarse a la tradición popular y clásica, abandonando la poética vanguardista.
  • En una segunda fase de la lírica contemporánea española, que iría desde el final de la Guerra hasta 1968, se mantendrá la dialéctica entre deshumanización y rehumanización. Dámaso Alonso distinguirá entre "poesía arraigada" y "poesía desarraigada":
    • "El panorama poético español nos ofrece unas cuantas imágenes del mundo, muy armónicas o bien centradas, o vinculadas a un ancla, a un fijo amarre: todo lo llamaré poesía arraigada. Es bien curioso que en nuestros tristísimos años hayan venido a coincidir, en España, unas cuantas voces poéticas todas con fe en algo, con una alegría, ya jubilosa, ya melancólica, con una luminosa y reglada creencia en la organización de la realidad contingente"
    • "Para otros, el mundo nos es un caos y una angustia, y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y de ancla. Sí, otros estamos muy lejos de toda armonía y toda serenidad. Hemos vuelto los ojos en torno, y nos hemos sentido como una monstruosa, una indescifrable apariencia, rodeada, sitiada por otras apariencias, tan incomprensibles, tan feroces, quizá tan desgraciadas como nosotros mismos".
    • Maestros del 27 continuarán por ambas sendas poéticas: Guillén y Diego hacia la poesía arraigada; Alonso y Aleixandre, hacia la desarraigada. Quedará trazado el cuadro de la continuidad de la poesía española de los años 40 y 50 con respecto a la primera fase de la lírica contemporánea. 


III. BIOGRAFÍAS "EN GRUPO"

Sin aislar la biografía de cada uno de los componentes de este grupo, Gaspar Garrote Bernal hace una compilación de todas ellas a través de distintos epígrafes clasificadores. Veámoslo:

"POETAS DE LA RESIDENCIA. Dos poetas andaluces procedentes de familias acomodadas, Federico García Lorca y Rafael Alberti, conviven en el ambiente multidisciplinar de la Residencia de Estudiantes de Madrid con otros artistas jóvenes como Dalí y Buñuel. El granadino, Lorca, estudiante de Derecho y Filosofía y Letras, conforma su personalidad artística en el convergente interés, aunque no siempre simultáneo, por la poesía, el teatro, la pintura y la música, interés este último auspiciado por su amistad con el también granadino Manuel de Falla. El gaditano Alberti, pintor antes que poeta y dramaturgo, vierte su rebeldía vital en esa aspiración, manierismo antes que vanguardista, a un arte total
De Rafael Alberti

De Rafael Alberti

De Rafael Alberti


Dos doctores de Filosofía y Letras, Gerardo Diego y aquel Dámaso Alonso madrileño, frustrado ingeniero y licenciado en Derecho, nivelan la balanza de este subgrupo por el lado de la disciplina académica, en lo que será un aunar poesía y crítica literaria

Pintura de García Lorca

Dibujo de García Lorca

POETAS DEL GRUPO SEVILLANO. También doctor en Letras, el madrileño Pedro Salinas animó desde su cátedra universitaria y con su obra literaria, al grupo de jóvenes poetas que en los años 20 surgía en Sevilla. Entre ellos figura el sevillano Luis Cernuda, en cuyos cosmopolitismo cultural y capacidad políglota se lee un desarraigo vital.

POETAS MALAGUEÑOS. Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, quien también vivió en la Residencia, asumen una larga tradición -de Herrera a Juan Ramón Jiménez- de poetas andaluces volcados en el cuidado editor de los textos. Junto a sus propias obras, aportaron al Veintisiete un buen número de canales (imprentas y revistas) de transmisión para su lírica. 

GUILLÉN Y ALEIXANDRE. Otro doctor en Filosofía y Letras, el vallisoletano Jorge Guillén, mantiene amistad con los poetas de la Residencia, mientras que el sevillano Vicente Aleixandre, estudiante de Derecho e Intendencia mercantil, entra en contacto con la literatura gracias a su amigo Dámaso Alonso, pero sucesivas enfermedades que le fuerzan al retiro lo aíslan pronto de la actividad del Veintisiete.

VIDAS PARALELAS. Los escritores mayores, los que por entonces formaban los jurados de los premios literarios, realizan su primer reconocimiento del Veintisiete otorgando el Premio Nacional de Literatura, en 1925, a Diego, juntamente con Alberti. Cincuenta años después, en 1977, otro jurado, ahora sueco, concederá el Premio Nobel de Literatura a Vicente Aleixandre, consagrando así a aquel grupo de maestros de la poesía española como grupo de maestros de la poesía universal. En medio de este arco cronológico, Diego, Aleixandre y Alonso van accediendo a la Academia Española, y el último de ellos sucede a la primera figura de la Filología española, Menéndez Pidal, en el sillón de director de la Academia (1968).

El sentido pleno del ambiente universitario vivido en la Residencia se corrobora en el cosmopolitismo cultural y en el afán del viaje que muestran estos autores: Diego recorre, desde 1920, cátedras de Bachillerato por Soria, Gijón, su Santander natal y Madrid, y dicta conferencias sobre literatura y música en Europa y América; Salinas acumula cargos universitarios en La Sorbona, Sevilla, Cambridge, Murcia y Madrid, en una trayectoria que, poco después y de manera muy semejante, seguirá su amigo Guillén; Lorca conoce Nueva York, como becario, durante el curso 1929-30, fatiga los caminos de España al frente de la compañía teatral universitaria La Barraca representando obras clásicas (1932) y vive en directo el  éxito bonaerense del estreno de sus dramas (1933); Cernuda es lector de español en la Universidad de Toulousse.

Pero hay otro sentido del viaje, descubierto abruptamente con la muerte violenta de Lorca en un asesinato que será elevado, en elegía, a símbolo de una España fratricida y devoradora de sus mejores ciudadanos. Es el sentido del viaje forzoso, del exilio, que los poetas del Veintisiete trataron de paliar asentándose en países hispanoamericanos en los que fundaron, sobre su idioma, una nueva patria de añoranza. Después de recorrer universidades anglosajonas, Salinas recala en Puerto Rico y Cernuda en Méjico. Altolaguirre fue el primer exiliado del Veintisiete que regresó, desde Méjico, para morir pronto en otra carretera de España, ahora en accidente automovilístico. El comunista Alberti deberá esperar en Méjico, en Argentina y en Italia treinta y ocho años antes de volver a Granada, antes de recorrer Andalucía y España, ahora para participar en la campaña electoral de 1977 que le llevaría a obtener acta de diputado en el primer Parlamento democrático español desde la II República. Y Guillén, tras larga vida universitaria en Estados Unidos, regresará al fin para esperar plácidamente -vida que da en el mar- la muerte junto a la luz de la bahía malagueña. Pero otros (Salinas, Cernuda, Prados) no volverán". 


IV. "CAMINO DE PERFECCIONES"

1. INICIACIÓN POSTMODERNISTA

Como fecha clave para el inicio de las corrientes poéticas del primer tercio del XIX en España está la de 1905, en que Rubén Darío "entona el canto del cisne modernista" con Cantos de vida y esperanza. Abandona la estética exuberante y ornamental del más puro Modernismo y ensaya un doble y paradójico movimiento de prolongación modernista: por un lado, de adiestramiento y reflexión sobre la fugacidad de la vida, por otro, de apertura a un receptor más amplio, con el consiguiente alejamiento de las minorías aristocráticas que Rubén había buscado hasta entonces. Después de veinte años de vigencia de su lengua poética, se evidencia el desgaste modernista. Sin seguidores de auténtico relieve en España, a excepción de Manuel Machado, y con los últimos poetas modernos (Antonio Machado, Unamuno, el primer Juan Ramón) volcados, tras el aprendizaje modernista, en la búsqueda de nuevos caminos líricos, el Modernismo estaba dando paso a otros códigos. 

En la formación y en ciertos poemas iniciales del 27, el Modernismo y el magisterio machadiano, y hasta unamuniano, son evidentes. La presencia de Darío será más o menos constante en muchos de estos autores. 

  • Gerardo Diego: El romancero de la novia (1920).
  • García Lorca: Libro de poemas (1921).
  • Dámaso Alonso: Poemas puros. Poemillas de la ciudad (1921).
  • Pedro Salinas: Presagios (1924).
  • ...
Eres, mágico ser, alma de seres,
flor del amor de todos los amores,
eres piadoso beso en los dolores,
eres nuevo placer en los placeres.

Ángel de luz y diosa y musa eres,
lumbre y fragancia de astros y de flores,
eres suave esplendor sobre esplendores,
blanca mujer de ensueño en las mujeres.
Huérfano de tu luz, ¡padecí tanto!
hasta que ya, vencido del camino,
los ojos torné a ti, secos de llanto,

y el corazón, errante peregrino,
quedó preso en la malla de tu encanto,
encanto eterno, Eterno Femenino.

Gerardo Diego



Estrellas de mar, de Maruja Mallo



2. POESÍA PURA

Se supera el Modernismo y aparecen los primeros manifiestos vanguardistas. Ahora los poetas del 27 se fijan en la obra de otro exmodernista, Juan Ramón Jiménez, que estaba proponiendo una estética pura en que el elitismo, el esteticismo y la depuración lingüística aparecían como señas de identidad de un código relacionado con la esencialidad becqueriana, el último Modernismo interior y ciertas tendencias simbolistas

  • Jorge Guillén: Cántico.
  • Pedro Salinas: El contemplado, Todo más claro , Confianza, Presagios, Seguro azar, Fábula y signo.
  • Luis Cernuda: Perfil del aire.
  •  Vicente Aleixandre: Ámbito.
  • Manuel Altolaguirre: Las islas invitadas y otros poemas, Ejemplo, Soledades juntas.
  • Emilio Prados: Memoria de poesía, Cuerpo perseguido, Mínima muerte, Nadador sin cielo.

  • ...


Los árboles al poniente
dan sombra a mi corazón.
¿Las hojas son verdes? Son
de oro fresco y transparente.
Buscando se irá el presente,
de rosas hecho y de penas.
Y yo me iré. Las arenas
han de cubrirme aún hoy.
Canción mía, ¿qué te doy,
si alma y vida son ajenas?

Luis Cernuda

Compárese con el siguiente poema de Juan Ramón Jiménez:

…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Juan Ramón Jiménez

Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado.
mi espíritu errará, nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.

Juan Ramón Jiménez

Anoche se me ha perdido
en la arena de la playa
un recuerdo
dorado, viejo y menudo
como un granito de arena.
¡Paciencia! La noche es corta.
Iré a buscarlo mañana...
Pero tengo miedo de esos
remolinos nocherniegos
que se llevan en su grupa
_¡Dios sabe adónde! _ la arena
menudita de la playa.

Pedro Salinas

CIMA DE LA DELICIA

¡Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
Se cierne lo inmediato
Resuelto en lejanía.

¡Hueste de esbeltas fuerzas!
¡Qué alacridad de mozo
En el espacio airoso,
Henchido de presencia!

El mundo tiene cándida
Profundidad de espejo.
Jorge Guillén
Las más claras distancias
Sueñan lo verdadero.

¡Dulzura de los años
Irreparables! ¡Bodas
Tardías con la historia
Que desamé a diario!

Más, todavía más.
Hacia el sol, en volandas
La plenitud se escapa.
¡Ya solo sé cantar!

Jorge Guillén.

FE MÍA

No me fío de la rosa
de papel,
tantas veces que la hice
yo con mis manos.
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti que nunca te hice,
de ti que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar.

Pedro Salinas
Pregunta: ¿Qué crees que será "la rosa de papel" frente a "la otra rosa verdadera"? ¿Te recuerda algo a Juan Ramón Jiménez? Los dos poemas siguientes son de Juan Ramón Jiménez...



MUERTE A LO LEJOS

Alguna vez me angustia una certeza,
y ante mí se estremece mi futuro.
Acechándolo está de pronto un muro
del arrabal final en que tropieza

la luz del campo. ¿Mas habrá tristeza
si la desnuda el sol? No, no hay apuro
todavía. Lo urgente es el maduro
fruto. La mano ya lo descorteza.

...Y un día entre los días el más triste
será. Tenderse deberá la mano
sin afán. Y acatado el inminente

poder diré sin lágrimas: embiste,
justa fatalidad. El muro cano
va a imponerme su ley, no su .accidente.

Jorge Guillén.  
Preguntas: Comenta las metáforas de los primeros versos: "muro", "arrabal final" y "luz del campo". ¿Cuál es la actitud del poeta ante la certeza de la muerte que todavía no es inminente (vv. 5-8)? ¿Qué tópico se emplea en esos versos?

3. VANGUARDIAS
Mujer ante el espejo, de Pablo R. Picasso


3.1. POÉTICA RUPTURISTA EUROPEA

Desde unos años antes de la I Guerra Mundial, la poesía europea experimenta una necesidad de ruptura radical con las tradiciones anteriores. Surgen entonces, y hasta 1930, aquellas tendencias que, bajo la pretendida diversidad expuesta por sus muchos manifiestos, tienen en común una voluntad de provocación caprichosa, anticonvencional y antirrealista. Su extremosidad es deudora del Romanticismo y del Simbolismo decimonónicos. Su pretensión es la de crear nuevos lenguajes (y anti-lenguajes) que dieran cuenta del mundo distinto que vivía Europa. Estos movimientos son el futurismo italiano, el cubismo, el dadaísmo y el surrealismo franceses, el expresionismo alemán, el adanismo ruso y el imaginismo anglosajón. Todos se compromenten en la redacción de manifiestos cuya retórica está ligada a la de los movimientos políticos autoritarios en auge, con los que comparten una ideología de ofensiva antiburguesa, incluso en la propia denominación de "vanguardia", voz del léxico militar.

El arte de la vanguardia europea quiere ser:

-Sincero (se explora el yo total del poeta, incluido el inconsciente, ilógico y onírico).

-Original (se practica la creación ex nihilo, es decir sin modelos previos, y experimenta con el lenguaje).

-Efímero (que da idea del mundo coetáneo, fragmentado, urbano y veloz).

El poema se vuelve hermético, alógico y agramatical. Se basa más en la imagen y tipografía sorprendentes. Se prefiere el versolibrismo, la supresión de los signos de puntuación o el collage.

3.2. CREACIONISMO Y NEOGONGORISMO

Pronto se imponen tres maestros hispánicos para los vanguardistas:

-Ramón Gómez de la Serna: Mezcla prosa y poesía, metáfora y humor. Inventa la la greguería, voz que, haciendo referencia a lo ininteligibible, se emparenta con la de "Grecia", título de una de las principales revistas de la vanguardia española, junto a Cervantes y Ultra


Ramón Gómez de la Serna
-Vicente Huidobro: Este chileno, tras realizar el típico viaje a París, introduce los ismos en la España de 1918. Encabeza el Creacionismo, que, asumiendo los principios de la vanguardia europea, pide el abandono de la imitación de la realidad para formarla en el mismo poema. Podemos leer el poema Altazor o el viaje en paracaídas.


Retrato de Vicente Huidobro,
de Picasso


Caligrama de Vicente Huidobro
-Góngora, el más lejano inspirador de la vanguardia española y punto de mira de poetas e intelectuales de entonces. El III centenario de su muerte (1627-1927) dio ocasión al homenaje de los poetas del veintisiete, hecho central en su constitución como grupo.
Caricatura de Idígoras y Pachi.

Góngora se esgrime como el antídoto contra la poesía academicista y realista, y como escudo contra los poetas anteriores.

  • Gerardo Diego: Limbo (1919-51), Imagen (1922), Manual de espumas (1924), Poemas adrede. Fábula de Equis y Zeda (1932-43), La sorpesa (1943).
  • Emilio Prados: Tiempo (1925), Nadador sin cielo (1926), El misterio del agua (1926), Vuelta (1927).
  • Manuel Altolaguirre: Poema del agua (1927).
  • Pedro Salinas: Seguro azar (1929), Fábula y signo (1931).
  • Rafael Alberti: Cal y Canto (1929), Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929). 
A DON LUIS DE GÓNGORA

¿Qué firme arquitectura se levanta
Luis de Góngora
del paisaje, si urgente de belleza,
ordenada, y penetra en la certeza
Vicente Aleixandre
del aire, sin furor y la suplanta?

Las líneas graves van. Mas de su planta
brota la curva, comba su justeza
en la cima, y respeta la corteza
intacta, cárcel para pompa tanta.

El alto cielo luces meditadas
reparte en ritmos de ponientes cultos,
que sumos logran su mandato recto.

Sus matices sin iris las moradas
del aire rinden al vibrar, ocultos,
y el acorde total clama perfecto.

Vicente Aleixandre


Donde por descansar de su carrera
espacioso cristal serena el río,
compacto baño en carne de bañistas,
el agua dibujada de reflejos,
ahuecándose, en varios sitios toma.
Mienten las sumergidas ramas, cuando
sin ser raíces brotan bajo el suelo.
Por entre estas vegetaciones verdes,
cabeza asoma, el que su cuerpo oculta,
con sus sedientos ojos bebedores.
Bromas de espuma. Fuga a la ribera.
Escondite. Desnudo. No, desnudos.
Tres. Corren por sus ropas. Cuatro.
Y el viento que se tiende sobre el río.

Altolaguirre


SONETO GONGORINO EN QUE EL POETA MANDA A SU AMOR UNA PALOMA

Este pichón del Turia que te mando,
de dulces ojos y de blanca pluma,
sobre laurel de Grecia vierte y suma
llama lenta de amor do estoy parando.

Su cándida virtud, su cuello blando,
en lirio doble de caliente espuma,
con un temblor de escarcha, perla y bruma
la ausencia de tu boca está marcando.

Pasa la mano sobre su blancura
y verás qué nevada melodía
esparce en copos sobre tu hermosura.

Así mi corazón de noche y día,
preso en la cárcel del amor oscura,
llora sin verte su melancolía.

García Lorca

    Por las calles, ¿quién aquel?
¡El tonto de Rafael!
    Tonto llovido del cielo,
del limbo, sin un ochavo.
Mal pollito colipavo,
sin plumas, digo, sin pelo.
¡Pío-pic!, pica, y al vuelo
todos le pican a él.
    ¿Quién aquel?
¡El tonto de Rafael!
    Tan campante, sin carrera,
no imperial, sí tomatero,
grillo tomatero, pero
sin tomate en la grillera.
Canario de la fresquera,
no de alcoba o mirabel.
    ¿Quién aquel?
¡El tonto de Rafael!
Tontaina tonto del higo,
rodando por las esquinas
bolas, bolindres, pamplinas
y pimientos que no digo.
Mas nunca falta un amigo
que le mendigue un clavel.
    ¿Quién aquel?
¡El tonto de Rafael!
    Patos con gafas, en fila,
lo raptarán tontamente
en la berlina inconsciente
de San Jinojito el lila.
¿Qué runrún, qué retahíla
sube el cretino eco fiel?
    ¡Oh, oh, pero si es aquel
el tonto de Rafael!

Rafael Alberti

((Nota: Eco del Góngora festivo, el de las letrillas))



La sorpresa del trigo,
de Maruja Mallo
_______________________________

RIMA

Homenaje a Bécquer

Tus ojos oxigenan los rizos de la lluvia
y cuando el sol se pone en tus mejillas
tus cabellos no mojan ni la tarde es ya rubia

Amor                         Apaga la luna


No bebas tus palabras
ni viertas en mi vaso tus ojeras amargas
La mañana de verte se ha puesto morena

Enciende el sol          Amor
y mata la verbena.

Gerardo Diego


A, EME, O, ERRE

"Amor" tiene cuatro letras.
Vamos a jugar con ellas.
¿Lo ves? Ya estamos en "Roma".
Por todas partes se va.
Por todas partes se llega.
El viaje "Amor-Roma-Amor",
con billete de ida y vuelta.
Y ahora, a jugar a los dados.
"Alea jacta est". Espera.
¿Qué lees? "Ramo". ¿Qué escuchas?
El ruiseñor, que se queja
de "amor" que en el "ramo" canta,
de "amor" que en el "ramo" "mora.
Otra vez los dados vuelan
por el aire. Y cae "Omar",
un príncipe de leyenda.
¿"Amor" de "Omar"? Falta ella.
Arriba los dados. "Mora".
"Amor" de "Omar" a la "Mora",
"amor" de la "mora" a "Omar".
Siempre "armo" un juego de "amor"
que der"ramo" y que de"mora".
Y vienen y van las letras
buscando ese "amor" "o mar".

Gerardo Diego


Se abrieron de tus ojos las miradas,
como varillas de un compás
para medir mi alma.

La fragata del día
echó sus doce anclas;
pero llegó la noche
con su linterna mágica,
reflejando tu imagen
en sus doce pantallas...

...y fue el dodecaedro de las sombras,
kiosko que juntó nuestras llamadas.

Emilio Prados



35 BUJÍAS

Sí. Cuando quiera yo
la soltaré. Está presa
aquí arriba, invisible.

Yo la veo en su claro
castillo de cristal, y la vigilan
_cien mil lanzas_ los rayos
_cien mil rayos_ del sol. Pero de noche,
cerradas las ventanas
para que no la vean
_guiñadoras espías_ las estrellas,
la soltaré. (Apretar un botón)
Caerá toda de arriba
a besarme, a envolverme
de bendición, de claro, de amor, pura.
En el cuarto ella y yo no más, amantes
eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra
de secretos en masa de la noche
_afuera_
descifraremos formas leves, signos,
perseguidos en mares de blancura
por mí, por ella, artificial princesa,
amada eléctrica

Pedro Salinas

UNDERWOOD GIRLS
Quietas, dormidas están,
las treinta, redondas, blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas, y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula, como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco a blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras, sin sentido,
ese, zeda, jota.

Pedro Salinas

LA TARDE LIBRE


La semana de abril
de pronto se sintió
una ausencia en el pecho:
jueves, su corazón.
Sí, robamos el jueves.
Ella y yo, silenciosos,
de la mano, los dos.
Le robamos con todo.
Con los circos redondos,
y sus volatineras
tiernas, conceptuosas
doncellas de los saltos.
Con las cajas de lápices,
rojos, azules, verdes,
y blancos, blancos, blancos,
blancos, para escribir
en las diez de la noche
de los cielos más negros
cartas a las auroras.
Con las tiendas sin nadie:
se vendían paisajes,
héroes, teorías,
arpas. Y todo a cambio
de arena de la playa.
De arena tan hermosa
que al mirarla
no se compraba nada
por no dejarla allí
color de carne intacta,
entre plata, entre cobre.
Con todo, sí, con todo.
Con escuelas de adioses
a las sombras y al beso.
Al salir se creían
los cuerpos y los labios
que nunca estaban solos.
Sí, con todo y sin fin.
Delicia de ser cómplices
en delicias, los dos.
Y en el borde del miércoles
ver quedarse parados
almanaques atónitos
—no podían seguir—
mientras tú y yo secretos,
ya más allá del cielo,
del tiempo, de los números,
vivíamos el jueves.

Pedro Salinas

TELEGRAMA

Nueva York.

Un triángulo escaleno
asesina a un cobrador.

El cobrador, de hojalata.
Y el triángulo, de prisa,
otra vez a su pizarra.

Nick Carter no entiende nada.
¡Oh!

Nueva York. 

Rafael Alberti

     Nota: Nick Carter es un personaje de ficción, es detective. 


CITA TRISTE DE CHARLOT


Mi corbata, mis guantes,
Mis guantes, mi corbata.

La mariposa ignora la muerte de los sastres
la derrota del mar por los escaparates.
Mi edad, señores, 900.000 años. ¡Oh!

Era yo un niño cuando los peces no nadaban,
cuando las ocas no decían misa
ni el caracol embestía al gato.
Juguemos al ratón y al gato, señorita.

Lo más triste, caballero, un reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.

A las tres en punto morirá un transeúnte.
Tú, luna, no te asustes;
tú, luna, de los taxis retrasados,
luna de hollín de los bomberos.

La ciudad está ardiendo por el cielo,
un traje igual al mío se hastía por el campo.
Mi edad, de pronto, 25 años.

Es que nieva, que nieva,
y mi cuerpo se vuelve choza de madera.
Yo te invito al descanso, viento.
Muy tarde es ya para cenar estrellas.

Pero podemos bailar, árbol perdido
Un vals para los lobos,
para el sueño una gallina sin las uñas del zorro.

Se me ha extraviado el bastón.
Es muy triste pensarlo solo por el mundo.
¡Mi bastón!

Mi sombrero, mis puños,
mis guantes, mis zapatos.

El hueso que más duelo, amor mío, no es el reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.

Las 3 en punto.
En la farmacia se evapora un cadáver desnudo.

Rafael Alberti


BUSTER KEATON BUSCA POR EL BOSQUE A SU NOVIA, QUE ES UNA VERDADERA VACA

1, 2, 3 y 4.
En estas cuatro huellas no caben mis zapatos.
Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos,
¿de quién son estas cuatro huellas?
¿De un tiburón,
de un elefante recién nacido o de un pato?
¿De una pulga o de una codorniz?

(Pi, pi, pi.)
¡Georginaaaaaaaa!
¿Dónde estás?
Buster Keaton
(buscando a Georginaaaaaaa)
¡Que no te oigo, Georgina!
¿Qué pensarán de mí los bigotes de tu papá?

(Paaa páááááááááá.)

¡Georginaaaaaaa!
¿Estás o no estás?

Abeto, ¿dónde está?
Alisio, ¿dónde está?
Pinsapo, ¿dónde está?

¿Georgina pasó por aquí?

(Pi, pi, pi, pi.)

ha pasado a la una comiendo yerbas.
Cucú,
el cuervo la iba regañando con una flor de reseda.
Cuacuá,
la lechuza, con una rata muerta.

¡Señores, perdonadme, pero me urge llorar!
(Guá, guá, guá.)

¡Georgina!
Ahora que te faltaba un solo cuerno
para doctorarte en la verdaderamente útil carrera
    de ciclista
y adquirir una gorra de cartero.

(Cri, cri, cri, cri.)

Hasta los grillos se apiadan de mí
y me acompaña en mi dolor la garrapata.
Compadécete del smoking que te busca y te llora
    entre los aguaceros
y del sombrero hongo que tiernamente
te presiente de mata en mata.

¡Georginaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

(Maaaaaaa)

¿Eres una dulce niña o eres una verdadera vaca?
Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca.
Una dulce niña.
Una verdadera vaca.
Una niña.
Una vaca.
¿Una niña o una vaca?
O ¿una niña y una vaca?

Yo nunca supe nada.

                 Adiós, Georgina.

                                            (¡Pum!)

Rafael Alberti


4. SURREALISMO

La última vanguardia, el Surrealismo, surgirá en la Francia de 1924 con la publicación del primer manifiesto de André Bretón. Se aparta de los anteriores movimientos en la no consideración de poesía como juego. Su intención es bucear en el subconsciente. Las técnicas empleadas para ello son la escritura onírica y la escritura automática, que favorecen una expresión libre y espontánea.

El Surrealismo entronca con dos actitudes básicas del Romanticismo: la necesidad de interpretar la materialidad oculta tras lo aparente, y la consideración del poeta como guía de multitudes. La pérdida de conexiones lógicas, la afluencia de símbolos e imágenes subjetivos y herméticos se encaminan al desciframiento del sentido oculto del mundo. 





  • Vicente Aleixandre: Ámbito (1928), Espadas como labios (1932), La destrucción o el amor (1934), Pasión de la tierra (1935), Mundo a solas (1936). 
  • Luis Cernuda: Un río, un amor (1936), Los placeres prohibidos (1936).
  • Emilio Prados: La voz cautiva (1934), Andando, andando por el mundo (1935).
  • Rafael Alberti: Sobre los ángeles (1927-28) -las creencias, los sentires, las ideas del poeta se tambalean; recurre a la imagen surrealista para expresar una honda zozobra interior-.

LA AURORA

La aurora de Nueva York tiene
García Lorca
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambre furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados:
saben que van al cieno de números y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

Federico García Lorca


Telarañas cuelgan de la razón
en un paisaje de ceniza absorta;
ha pasado el huracán del amor,
Luis Cernuda
ya ningún pájaro queda.
Tampoco ninguna hoja;
todas van lejos, como gotas de agua
de un mar cuando se seca,
cuando no hay lágrimas bastantes,
porque alguien, cruel como un día de sol en primavera,
con solo su presencia ha dividido en dos un cuerpo.

Ahora hace falta recoger los trozos de prudencia,
aunque siempre nos falte alguno;
recoger la vida vacía
y caminar esperando que lentamente se llene,
si es posible otra vez, como antes,
de sueños desconocidos y deseos invisibles.

Tú nada sabes de ello,
tú estás allá, cruel como el día;
el día, esa luz que abraza estrechamente un triste muro,
un muro, ¿no comprendes?
un muro frente al cual estoy solo.

Luis Cernuda


DESDICHA
Un día comprendió cómo sus brazos eran
solamente de nubes;
imposible con nubes estrechar hasta el fondo
un cuerpo, una fortuna.

La fortuna es redonda y cuenta lentamente
estrellas del estío.
Hacen falta unos brazos seguros como el viento,
y como el mar un beso.

Pero él con sus labios,
con sus labios no sabe sino decir palabras;
palabras hacia el techo,
palabras hacia el suelo,
y sus brazos son nubes que transforman la vida
en aire navegable.

Luis Cernuda

NO DECÍA PALABRAS
No decía palabras,
acercaba tan sólo su cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad; sueño y sueño, carne y carne;
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.

Luis Cernuda

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando solo la verdad de su amor, 
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien 
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina, 
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu 
como leños perdidos que el mar anega o levanta 
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Luis Cernuda

TE QUIERO
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena. 
O iracundo como órgano tempestuoso.

Te lo he dicho con el sol,
que dora cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes.

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo, 
tristezas fugitivas.

Te lo he dicho con las plantas, 
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino.

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela en un fondo de sombra; 
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte; 
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
Luis Cernuda


DONDE HABITE EL OLVIDO
Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo sólo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
no esconda como acero
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 
sometiendo a otra vida su vida,
sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia,
ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
donde habite el olvido.

Luis Cernuda

¡Ay voz secreta del amor oscuro!
¡ay balido sin lanas! ¡ay herida!
¡ay aguja de hiel, camelia hundida!
¡ay corriente sin mar, ciudad sin muro!

¡Ay noche intensa de perfil seguro,
montaña celestial de angustia erguida!
¡Ay perro en corazón, voz perseguida,
silencio sin confín, lirio maduro!

Huye de mí, caliente voz de hielo,
no me quieras perder en la maleza
donde sin fruto gimen carne y cielo.

Deja el duro marfil de mi cabeza,
apiádate de mí, ¡rompe mi duelo!,
¡que soy amor, que soy naturaleza.

García Lorca


No es la adolescencia
ese olvido que se presiente por primera vez bajo las axilas;
gota a gota llega a transparentarse toda la lluvia.

Para devorar a los hombres animan el sol y las escamas
    de los peces,
esas moscas blancas que poco a poco van horadando a
    través de los muros
hasta lograr atravesar toda la sangre
lejos donde una lágrima es a veces más dulce que el olvido,
donde una mano sobre los ojos basta para que todo el
    sueño gire alrededor de un solo dedo.

No es la esperanza, la esperanza anima com las piedras,
salir lejanos donde una voz es el silencio,
donde no existe el aire pero todo presiente el caminar de
    un hombre por la vida.

No es la adolescencia
ese olor de las algas que se pudren sobre la arena;
esa humedad que enciende sus manos más allá de la nuca;
esa inconstancia,
esa inocencia que nos imita,
que traspasa la frente para acabar desnuda entre plantas
    jugosas sin sentido.

Es la indolencia,
el primer navajazo que un río nos desmaya,
la formación de un mapa o de un ejército,
la voz,
las persecuciones que transmutan los términos,
la tierra sin aliento que no será una estancia en un cuerpo
    seguro:
un grito.

En las primeras hojas,
en los espejos:
yo estoy no es la adolescencia cuando una ciudad se ha 
abierto por su base.

Emilio Prados



TRISTEZA O PÁJARO

Esa tristeza pájaro carnívoro;
la tarde se presta a la soledad destructora;
en vano el río canta en los dedos o peina,
peina cabellos, peces, algún pecho gastado.

Esa tristeza de papel más bien basto;
una caña sostiene un molinillo cansado;
lo mismo que los ojos sin pestañas.

El brazo es largo como el futuro de un niño;
mas para qué creer si el niño canta
la tristeza de llegar a un agua más fuerte,
que no puede comprender lo que no es tiranía.

Llegar a la orilla como un brazo de arena,
como niño que ha crecido de pronto
sintiendo sobre el hombro de repente algún pájaro.
Llegar como unos labios salobres que se llagan.

Pájaro que picotea pedacitos de sangre,
sal marina o rosada para el pájaro amarillo,
para ese brazo largo de cera fina y dulce
que se estira en el agua salada al deshacerse.

Vicente Aleixandre


LOS ÁNGELES DE LAS RUINAS

Pero por fin llegó el día, la hora de las palas y los cubos.
No esperaba la luz que se vinieran abajo los minutos
porque distraía en el mar la nostalgia terrestre de los ahogados.
Nadie esperaba que los cielos amanecieran de esparto
ni que los ángeles ahuyentaran sobre los hombres astros de cardenillo.

Los trajes no esperaban tan pronto la emigración de los cuerpos.
Por un alba navegable huía la aridez de los lechos.

Rafael Alberti
Se habla de la bencina,
de las catástrofes que causan los olvidos inexplicables.
Se murmura en el cielo de la traición de la rosa.
Yo comento con mi alma el contrabando de la pólvora,
a la izquierda del cadáver de un ruiseñor amigo mío.
No os acerquéis.

Nunca pensasteis que vuestra sombra volvería a la sombra
cuando una bala de revólver hiriera mi silencio.
Pero al fin llegó ese segundo,
disfrazado de noche que espera un epitafio.
La cal viva es el fondo que mueve la proyección de los muertos.

Os he dicho que no os acerquéis.
Os he pedido un poco de distancia:
la mínima para comprender un sueño
y un hastío sin rumbo haga estallar las flores y las calderas.

La luna era muy tierna antes de los atropellos
y solía descender a los hornos por las chimeneas de las fábricas.
Ahora fallece impura en un mapa imprevisto de petróleo,
asistida por un ángel que le acelera la agonía.
Hombres de cinc, alquitrán y plomo la olvidan.

Se olvidan hombres de brea y fango
que sus buques y sus trenes,
a vista de pájaro,
son ya en medio del mundo una mancha de aceite,
limitada de cruces por todas partes.
Se han olvidado.
Como yo, como todos.
Y nadie espera ya la llegada del expreso,
la visita oficial de la luz a los mares necesitados,
la resurrección de las voces en los ecos que se calcinan.

Rafael Alberti


5. NEOPOPULARISMO

A mediados de los años 20, algunos poetas iniciados en los códigos vanguardistas vuelven su vista atrás, a la poesía popular medieval y renacentista, a los cancioneros y a la lírica octosilábica de Gil Vicente, Góngora y Lope de Vega. Este regreso se relaciona con la intencionalidad vanguardista de cantar al hombre puro no sujeto a las convenciones del mundo moderno. El gusto por la lírica popular -sincrética, sencilla, inquietante, tensa, dramática, rítmica- procedería de la raíz vanguardista exaltadora de la inocencia y la espontaneidad.



Esta práctica neopopularista conecta con una reelaboración culta, que es muy característica de la historia de la poesía española: es lo que ocurre con la poesía cortesana de los cancioneros de los siglos XIV y XV; es el nobilitare de los humanistas del XVI y de Góngora, Lope y Quevedo en el XVII; es la reformulación culta de la copla popular andaluza de Bécquer y Juan Ramón Jiménez; es la revalorización del romance por los románticos...



  • Rafael Alberti: Marinero en tierra (1925), La amante (1925), El alba del alhelí (1928), Entre el clavel y la espada (1941) y Baladas y canciones del Paraná (1954), Versos sueltos de cada día (1982).
  • Federico García Lorca: Suites (1923), Primeras canciones (1936), Canciones (1927), Romancero Gitano (1924-28), Poema del cante jondo (1931), Diwán del Tamarit (1936-40). 
  • Emilio Prados: Canciones del farero (1926), Jardín cerrado (1946), Río natural (1957) y buena parte de Circucisión del sueño (1957). 
  • ...


CANCIÓN DEL GITANO APALEADO

Veinticuatro bofetadas.
Veinticinco bofetasas;
después, mi madre, a la noche,
me pondrá en papel de plata.

Guardia civil caminera,
dadme unos sorbitos de agua.
Agua con peces y barcos.
Agua, agua, agua, agua.

¡Ay, mandor de los civiles
que estás arriba en tu sala!
¡No habrá pañuelos de seda
para limpiarme la cara!

García Lorca




CANCIÓN DE JINETE
(1860)

En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

García Lorca
... Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.

Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.

Caballito negro,
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

La noche espolea
sus negros ijares
clavándose estrellas.

Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra,
¡un grito! y el cuerno
largo de la hoguera.

Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?

García Lorca

NOCTURNO ESQUEMÁTICO

Hinojo, serpiente y junco.
Aroma, rastro y penumbra.
Aire, tierra y soledad.

(La escala llega a la luna.)

García Lorca


PRÓLOGO

Entraña de estos cantares:
¡Sangre de mi corazón,
tarumba por ver los mares!
El mar. La mar.
El mar. ¡Solo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?

Rafael Alberti

Cuadro de Rafael Alberti


Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh, mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!

Rafael Alberti


CON ÉL

Si Garcilaso volviera,
yo sería su escudero;
que buen caballero era.

Mi traje de marinero
se trocaría en guerrera,
ante el brillar de su acero;
que buen caballero era.

¡Qué dulce oírle, guerrero
al borde de su estribera!
En la mano, mi sombrero;
que buen caballero era.

Rafael Alberti


CANCIÓN 51

En un verso de ocho sílabas
¿qué no cabrá,
si es una y tan solo en ella
cabe el mar?

Ocho sílabas son muchas
para cantar.
Me basta una que tenga
por dentro el mar.

Rafael Alberti

LA MONJA GITANA


A José Moreno Villa

Silencio de cal y mirto.
Malvas en las hierbas finas.
La monja borda alhelíes
sobre una tela pajiza.
Vuelan en la araña gris,
siete pájaros del prisma.
La iglesia gruñe a lo lejos
como un oso panza arriba.
¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!
Sobre la tela pajiza,
ella quisiera bordar
flores de su fantasía.
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia
de lentejuelas y cintas!
¡Qué azafranes y qué lunas,
en el mantel de la misa!
Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería.
Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,
y al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y hierbaluisa.
¡Oh!, qué llanura empinada
con veinte soles arriba.
¡Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!
Pero sigue con sus flores,
mientras que de pie, en la brisa,
la luz juega el ajedrez
alto de la celosía.

García Lorca

((Nota: José Moreno Villa fue poeta, narrador, dramaturgo y ensayista (1887-1955), vivió en la Residencia de Estudiantes, fue uno de los precursores de las Vanguardias españolas y cultivó la poesía neopopularista)).



GACELA DEL AMOR DESESPERADO
La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.

García Lorca
((Nota: La gacela es un breve poema árabe, cuyo asunto suele ser erótico, y cuyos versos son más de cuatro y menos de quince)).


CASIDA DE LOS RAMOS

Por las arboledas del Tamarit
han venido los perros de plomo
a esperar que se caigan los ramos
a esperar que se quiebren ellos solos.

El Tamarit tiene un manzano
con una manzana de sollozos.
Un ruiseñor agrupa los suspiros
y un faisán los ahuyenta por el polvo.

Pero los ramos son alegres,
los ramos son como nosotros:
no piensan en la lluvia y se han dormido
como si fueran árboles, de pronto.

Sentados con el agua en las rodillas
dos valles aguardaban el Otoño.
La penumbra con paso de elefante
empujaba las ramas y los troncos.

Por las arboledas del Tamarit
hay muchos niños de velado rostro
a esperar que se caigan los ramos,
a esperar que se quiebren ellos solos.

García Lorca
((Nota: La casida es un poema árabe de cierta longitud y monorrimo. Tanto este como el otro poema pertenecen a El Diwán del Tamarit, que en realidad es una "colección" de casidas y gacelas, y el nombre del Tamarit es el de una huerta de la familia de Lorca, donde probablemente muchas de estas composiciones fueron escritas)).


6. VUELTA A LA TRADICIÓN CLÁSICA


El dominio e insistencia ejercido por los códigos vanguardistas generó un cansancio en la serie literaria, que puso de manifiesto la recuperación de la tradición popular y de formas métricas como el villancico o el romance. A mediados de los años 30 ciertos poetas reaccionan ante el vanguardismo con una poesía menos hermética y más comunicativa, aunque sin renunciar a ciertos modos surrealistas. Se recupera, entonces, la tradición poética culta española de mayor depuración expresiva; tres poetas cobran nueva vigencia: Garcilaso, San Juan de la Cruz y Bécquer.


6.1. NEORROMANTICISMO

El neorromanticismo, que en esta poesía regida por la depuración, no podría ser sino NEOBEQUERISMO, se situaba en una línea frecuentada por algunos de los líricos españoles más representativos de los siglos XIX y XX, sobre todo Juan Ramón Jiménez.

Recordemos de nuevo lo apuntado más arriba sobre la relación entre el Romanticismo y el Surrealismo. Así Altolaguirre recordaba la relación entre becquerismo y lengua vanguardista en Antología de la poesía romántica española (1933) y Guillén estudiará la poética de Bécquer. 
  • Luis Cernuda: Donde habite el olvido (1934) y Las nubes (1940), neobequerismo 
  • Rafael Alberti: Sobre los ángeles (1929), donde funde dicción surrealista y visión del mundo amparada en clichés becquerianos.


INVITACIÓN AL ARPA

1

Lejos, lejos.
Adonde las estancias olvidan guantes de polvo
y las consolas sueñan párpados y nombres ya idos.
Un sombrero se hastía
y unos lazos sin bucles se cansan.
Si las violetas se aburren,
es porque están nostálgicas de moaré y abanicos.

Lejos, más lejos.
A los cielos rasos donde las goteras
Retrato de Bécquer,
pintado por su hermano
abren sus mapas húmedos para que viajen los lechos.

Adonde los muelles se hunden sin esperanza
y rostros invisibles avetan los espejos.
Al país de las telas de araña.

2

Más lejos, mucho más lejos.
A la luna disecada entre la hoja de un álamo y la pasión de un libro.
Sé que hay celos nocturnos que ocultan candelabros
y que la muerte tiembla en el suelo movible de las bujías.
Un maniquí de luto agoniza sobre un nardo.
Una voz desde el olvido mueve el agua dormida de los pianos.

Siempre, siempre más lejos.
Adonde las maderas guardan ecos y sombras de los pasos,
adonde las polillas desvelan el silencio de las corbatas,
adonde todo un siglo es un arpa en abandono.

Rafael Alberti

Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,
y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.

Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquel fui, aquel fui, aquel he sido;
era la ignorancia mi sombra.

Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.

Luis Cernuda
((Nota: Recordemos algunos versos de Bécquer: "Mientras el sol las desgarradas nubes / de fuego y oro vista" habrá poesía (Rima IV), "yo soy la ardiente nube que en el ocaso ondea..." (Rima V); "palpito entre las sombras / y floto con las nieblas" (Rima V), "incansable corro y demente / tras una sombra" (Rima XV); "próximo al muro otro lugar vacío" (Rima LXXVI); "¡Despertar es morir! (Rima LXIX).))



6.2. GARCILASISMO Y SANJUANISMO

El primer garcilasismo supone el reconocimiento del poeta de la claridad, del amor y de la rebeldía, así como la vuelta al cultivo del soneto, forma que será renovada por los poetas del 27. Altolaguirre escribe la biografía de Garcilaso, Cernuda publica una antología de sonetos clásicos sevillanos (Arguijo, Medrano, Rioja), Lorca pronuncia una conferencia en homenaje a Soto de Rojas, Guillén edita el Cantar de los Cantares, etc.

San Juan de la Cruz, cuyas Poesías Completas serán editadas por Salinas (1936), será decisivo en tres vías por las que andará la segunda fase de la lírica contemporánea:

a) Vuelta a la práctica de una poesía religiosa; ejercerá su influencia sobre los poetas arraigados de posguerra y los formados en el segundo garcilasismo, como el Otero de Cántico Espiritual (1942).

b) Deseo de perfección que supere el caos del mundo; en la poesía desarraigada, a la cabeza de la cual estará Dámaso y su estudio de La poesía de San Juan de la Cruz (Desde esta ladera) (1942).

c) San Juan interpretado como poeta simbolista, como hace Bousoño, remite a una lírica irracionalista compuesta en los años 60.


  • Pedro Salinas: La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1939-71); se recupera la tradición clásica, tanto garcilasista, como cancioneril culta. En la primera obra se conjuga garcilasismo, neoplatonismo renacentista y mundo moderno. 
  • Gerardo Diego: Versos humanos (1925), Versos divinos (1924-71), Viacrucis (1931-56)...; recuperación de la poesía romancero, religiosa y del soneto clásico. 
  • Emilio Prados: Sonoro enigma (1957), La piedra escrita (1961), Signos del ser (1962), Cita sin límites (1965), Circuncisión del sueño (1957); la principal veta de sanjuanismo. 
  • García Lorca: Sonetos del amor oscuro (1935-36); fusión de surrealismo, garcilasismo, petrarquismo y dicción neopopular y mística. 
  • Luis Cernuda: Égloga, elegía, oda (1936); línea garcilasista. 
  • Manuel Altolaguirre: Fin de un amor (1949); línea de tendencia místico-amorosa.

¡Qué probable eres tú!
Si los ojos me dicen,
mirándote, que no,
que no eres de verdad,
las manos y los labios,
con los ojos cerrados,
recorren ciertas pruebas:
la lenta convicción
de tu ser va ascendiendo
por escala de tactos,
de bocas, carne y carne,
Si tampoco lo creo,
algo más denso ya,
más palpable, la voz
con que dices: "Te quiero",
lucha para afirmarte
contra mi duda. Al lado
un cuerpo besa, abraza,
frenético, buscándose
su realidad aquí,
en mí, que no la creo;
besa para lograr su vida
todavía indecisa,
puro milagro, en mí.

Pedro Salinas
Garcilaso de la Vega


Y lentamente vas
formándote tú misma,
naciéndote,
dentro de tu querer,
de mi querer, confusos,
como se forma el día
en la gran duda oscura.
Y agoniza la antigua
criatura dudosa
que tú dejas atrás,
inútil ser de antes,
para que surja al fin
la irrefutable tú,
desnuda Venus cierta,
entre auroras seguras,
que se gana a sí misma
su nuevo ser, queriéndome.

Pedro Salinas
((Nota: El poema pertenece a un libro cuyo título nos remite a un verso de Garcilaso, "pienso mover la voz a ti debida", Égloga III. El cancionero garcilasista que es esta obra de Salinas avanza desde el conocimiento y el ir formándose la amada en la escritura del poeta ("mi alma os ha cortado a su medida", soneto V de Garcilaso) hasta un final de ausencia y desengaño.))


Gerardo Diego


EL CIPRÉS DE SILOS

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Alanza,
peregrina al azar, sin alma ni dueño.
San Juan de la Cruz
Cuando te vi, señero, dulce y firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
com tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

Gerardo Diego
((Nota: Ángel del Río -Soria, 1900 - NY, 1962- fue profesor, hispanista, crítico e historiador; exiliado en EEUU)





7. POÉTICA Y POLÍTICA


"En este ir rehumanizándose la poesía de la primera contemporaneidad, la exploración surrealista del yo determinó un compromiso pleno con el hombre; y ciertas tendencias neopopularistas habían ido del cancionero tradicional a las urgentes necesidades del pueblo. De modo que, acorde también con la conflictividad político-social de la II República, casi se ofrecía como conclusión natural que la deshumanización vanguardista desembocara en la rehumanización civil, política y social: los poetas tomaron partido y dijeron con su verso múltiples y enfrentadas ideologías. La poesía dejaba pues de concebirse como un juego para transformarse en un modo de comunicar un compromiso social y un grito de combate" (GARROTE BERNAL, G.: Trayectorias poéticas del Veintisiete).

Por otra parte, llegan a España y se acercan a esta poesía comprometida, desde el Modernismo y el Surrealismo, Pablo Neruda y César Vallejo. A través de la revista que funda Altolaguirre, Caballo Verde para la Poesía (1935-36), Neruda reclama la necesidad de una poesía "impura" y de urgencia que dé cuenta de los hechos sociales, que se oponga al auge del fascismo europeo, que se aproxime a las clases desfavorecidas. Prados, Miguel Hernández y Alberti, director de la revista Octubre (1933-34) pronto se sitúan en esta línea.

"Esta trayectoria polícia culminará en la Guerra Civil, cuya poesía combativa abandona definitivamente el hermetismo surrealista, apenas atiende a la calidad técnica ni a la innovación y se transmite más urgentemente que nunca, en recitales y encuentros propagandísticos. A la división radical en las dos Españas político-militares corresponde la tajante división en dos Españas poéticas:

-de un lado estarán Antonio Machado, Cernuda, Prados, Alonso, Gil-Albert, Miguel Hernández y las revistas republicanas El Mono Azul, durante algún tiempo dirigida por Alberti, y Hora de España (liberal de izquierdas), de la era responsable de Altolaguirre;

-de otro, Manuel Machado, José María Pemán, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales y las revistas falangistas y tradicionalistas, como la Ametralladora y Vértice " (Opus cit.)


En esta poesía bélica se empleará el romance como el medio más natural de llegar a los combatientes. 

  • Emilio Prados: Romancero general de la guerra de España (1937), No podréis (1932), Llanto en la sangre (1932), Destino fiel (1936-39). 
  • Rafael Alberti: Romancero general de la guerra española (1944), El poeta en la calle (1931-35), Un fantasma recorre Europa (1933) (alegato contra el fascismo), 13 bandas y 48 estrellas (1936) (este último, contra el imperialismo americano). 

Me duele el vaso que bebo
y la tela que me cubre,
la sombra que me acompaña
y el viento que me sacude.
Ni la cama me alimenta
ni mi juventud me luce,
que ni pan como, ni quiero
Emilio Prados
que el sol mis hombros ajuste.
Ni puedo salir al campo
sin que mi frente se nuble,
ni puedo entrar en mi casa
sin que mis venas retumben.
Má allá vuela mi angustia
que por el cielo las nubes.
Contra más bajo mis ojos
más alto mi dolor sube
y es más alta mi razón
que alta está mi pesadumbre.
Me duele el sueño que duermo
y el silencio en que se hunde.
Me duele mi soledad;
pero que nadie me busque,
que aun lo que en ella me calma
en fuerza me disminuye:
no quiero amigo ni hermano
mientras la injusticia alumbre.
Me duele el suelo que piso
y la sangre que lo cubre.

Emilio Prados

DIALOGUILLO DE LA REVOLUCIÓN Y EL POETA

Toma ejemplo y mira en mí.
Lope de Vega


Vida que te cansa,
miedo que te vence,
duda en que te vi,
toma ejemplo y mira en mí,
Rafael Alberti
que yo nunca jamás me cansé,
que yo nunca dudé ni temí.

_Me levanto y miro:
sangre a la derecha.
A la izquierda, sangre.
Duro es ir contigo.
Pero tú, ante mí.
Tomo ejemplo y miro en ti,
que si yo, gloria roja, te pierdo,
gloria roja, es que yo me perdí.

Rafael Alberti


EL POETA CANTA POR TODOS
I

Allí están todos, y tú los estás mirando pasar.
¡Ah, sí, allí, cómo quisieras mezclarte y reconocerte!
El furioso torbellino dentro del corazón te enloquece.
Masa frenética de dolor, salpicada
contra aquellas mudas paredes interiores de la carne.
Y entonces en un último esfuerzo te decides. Sí, pasan.
Todos están pasando. Hay niños, mujeres. Hombres serios.
Luto cierto, miradas.
Y una masa sola, un único ser, reconcentradamente desfila.
Y tú, con el corazón apretado, convulso de su solitario
dolor, en un último esfuerzo te sumes.
Sí, al fin, ¡cómo te encuentras y hallas!
Allí serenamente en la ola te entregas. Quedamente derivas.
Y vas acunadamente empujado, como mecido, ablandado.
Y oyes un rumor denso, como un cántico ensordecido.
Son miles de corazones que hacen un único corazón que te lleva.

II

Un único corazón que te lleva.
Abdica de tu propio dolor. Distiende tu propio corazón contraído.
Un único corazón que te recorre, un único latido sube a tus ojos,
poderosamente invade tu cuerpo, levanta tu pecho,
te hace agitar las manos cuando ahora avanzas.
Y si te yergues un instante, si un instante levantas la voz,
yo sé bien lo que cantas.
Eso que desde todos los oscuros cuerpos casi infinitos se
ha unido y relampagueado,
Vicente Aleixandre, Luis Cernuda
y Federico García Lorca

que a través de cuerpos y almas se liberta de pronto en tu grito,
es la voz de los que te llevan, la voz verdadera y alzada
donde tú puedes escucharte, donde tú, con asombro, te
reconoces.
La voz que por tu garganta, desde todos los corazones
esparcidos,
se alza limpiamente en el aire.

III

Y para todos los oídos. Sí. Mírales cómo te oyen.
Se están escuchando a sí mismos. Están escuchando una
única voz que los canta.
Masa misma del canto, se mueven como una onda.
Y tú sumido, casi disuelto, como un mudo de su ser te
conoces.
Suena la voz que los lleva. Se acuesta como un camino.
Todas las plantas están pisándola.
Están pisándola hermosamente, están grabándola con su
carne.
Y ella se despliega y ofrece, y toda la masa gravemente
desfila.
Y en la cumbre, con su grandeza, esta´n todos ya cantando.
Y es tu voz la que les expresa. Tu voz colectiva y alzada.
Y un cielo de poderío, completamente existente,
hace ahora con majestad el eco entero del hombre.

Vicente Aleixandre

UN ESPAÑOL HABLA DE SU TIERRA

Las playas, parameras
Al rubio sol durmiendo,
Los oteros, las vegas
En paz, a solas, lejos;

Los castillos, ermitas,
Luis Cernuda
Cortijos y conventos,
La vida con la historia,
Tan dulces al recuerdo,

Ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
De todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.

Una mano divina
Tu tierra alzó en mi cuerpo
Y allí la voz dispuso
Que hablase tu silencio.

Contigo solo estaba.
En ti sola creyendo;
Pensar tu nombre ahora
Envenena mis sueños.

Amargos son los días
De la vida, viviendo
Solo una larga espera
A fuerza de recuerdos.

Un día, tú ya libre
De la mentira de ellos,
Me buscarías. Entonces
¿Qué ha de decir un muerto?

Luis Cernuda


8. SEGUNDA FASE DE LA LÍRICA CONTEMPORÁNEA...

"Ha terminado la guerra, pero no se han cerrado las obras de los poetas del Veintisiete. Una segunda fase de la lírica contemporánea se abre en un contexto cultural y político radicalmente diferente, que hace cambiar las actitudes personales y renueva los temas y los tonos de la poesía, pero que no impide la continuidad de una tradición que es sustancialmente la misma que operaba antes del conflicto. Esta segunda fase, en efecto, va a discurrir por las mismas trayectorias que la primera, si bien trazando un orden inverso: en los comienzos está el segundo garcilasismo, continuación estilística de la recuperación de la recuperación de la tradición culta evidenciada en la preguerra; desde ahí se avanzará hacia formas de rehumanización que, sin perder los rastros del código surrealista, ahora se llamarán existencialistas y sociales; y finalmente hacia la escritura experimental que, conectada con las vanguardias de principios de siglo, llegará hasta finales de la década de los 60, momento en que otro contexto cultural y político, en España y Europa, deparará una lírica..." que debe incluirse ya en otro tema. (GARROTE BERNAL, G.: Trayectorias poéticas del Veintisiete).


________________


Entradas recientes sobre la Generación del 27:
http://lab.elmundo.es/generacion-del-27/primera.html




Máscaras, de Maruja Mallo



No hay comentarios: